sábado, 15 de octubre de 2011

Cálida ceniza III. (Por fin mi poema queda como sigue)

Cálida ceniza de un cigarrillo que se consume melancólico,
Que dibuja ideas, en humo imposible.
Profana sombra de un viajero sentado al margen de la ventana,
donde al fín se dejó sentir su mundo y su memoria.
De aquel que supo tras todas esas iglesias visitadas,
como amable se despide de ellas,
aún, en ese instante, y en otra ciudad,
el visitante se dejó llevar por la última derrota,
la última bala perdida, y en su corazón,
la vida.


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