Panteón de Agripa, tituló Adriano, dedicado a todos los dioses,
Con la generosidad del autor a su pasado
A todos los dioses dedicado,
Decide Adriano que Agripa lo hizo,
A todos los dioses dedicado,
Tal vez aunque no se lo merezcan, dedicado.
Por la generosidad y el ser emperador de Roma.
Dioses del capricho que pensaron tantos mortales,
Pesados sois, volubles como azúcar disuelta en un vaso de leche,
Caminos caprichosos que solo sirven para encontrar el corazón de los hombres.
Ellos nos llevan lejos,
Nos dejan la quimera pues los dioses son así,
Caprichosos y enérgicos en su empecinada actitud inmortal, con su inexistencia eterna.
En su mundo de mitos mandan en nuestro futuro,
Y nuestro mundo somos papel y pergaminos tristes, comparados con Ellos.
Y los dioses a los dioses se suceden.
Y los mortales engendran otros mortales y se renuevan.
Su ministerio es nuestra alma sierva, ellos habitan donde pensamos,
Con sus sacrificios de papel se van más allá donde los hombres rezan sin parar.
Cualesquiera que sean sus inútiles anhelos, y su deseo permanente,
Rogando a este o a otro triste dios, por nuestra frágil forma deseante.
Todos los dioses imaginados,
Nos dijeron del aire,
Nos dijeron del aire,
Nos dijeron de la luz,
Nos amaron o pensamos que nos amaban, nos dijeron de la música,
Y miran desde lo alto del Olimpo,
Ilustres, inmortales.
Los dioses están, y no están,
O se fueron todos por el agujero de la cúpula,
Los dioses se fueron,
Caprichosos y pesados, no nos dirán nunca nada,
Los supondremos por necesidad,
Por nuestra propia perversión los creamos,
Es imposible ahora dejar de tenerlos,
Por esa humana necesidad.
Los dioses a los dioses se suceden,
Las obras de los hombres duran poco tiempo,
Un día, un año, unos milenios duran,
Con su antojo de decidir la vida de los hombre mortales,
Amigo, amigo,
Los hombres, ¿Dónde miran?
¿qúe miran los hombres cuando al fin miran?, ¿mas allá?
que no saben, que no se contentan,
¿Deben los hombres mirar a los dioses?
¿Dónde se acomodan los hombres cuando la lluvia?
¿Qué fue de de la guerra sin Marte?
Que importa, Que te encomiendas, ¿A Venus por tu amor?
Y Adriano, no la quiso, no la hizo,
la cupula fue de Agripa.
Agripa supongo que pensó en todos los Dioses,
En todos los dioses posibles.
¿Y Adriano?
Agripa me hizo.